CÍRCULO LITERARIO ALIWEN
ESCRITORES MAULINOS

Fernando Rojas Faúndez

FERNANDO ROJAS FAÚNDEZ: EN LAS LLANURAS DE TUS OJOS

Fernando Rojas es un poeta y cuentista maulino que nace en 1956 y que comparte su oficio literario con la docencia. Ha sido antologado en Quince poetas de Linares del año 1997, publicación realizada por la sociedad de escritores jóvenes de Linares. En 2003 es antologado en La mortaja azul con un poemario titulado En las llanuras de tus ojos. Entre sus premios se cuentan el primer premio del concurso literario Curepto entre Vates 2004, con el poemario Todo está.
La poesía de Rojas es heterogénea, con un profundo sentimiento social, el poeta concibe la poesía como una herramienta de lucha, de denuncia, que si bien no cambiará el sistema imperante, por lo menos remecerá la conciencia de sus lectores, ahondando en el recuerdo de los mártires que dieron su vida en pro de la causa política. Su poesía da cuenta de las injusticias sociales, su raigambre política se deja translucir a través de sus versos, no en alusiones veladas, sino de manera abierta, en ocasiones confrontacional. Otras característica de la poesía de Rojas son su ironía, a veces muy fina y sutil, otras menos fina y más obvia. Las interrogaciones, las preguntas retóricas abundan en sus versos. En ocasiones el poeta se llena de dudas sin encontrar respuesta a su angustia existencial, navegando en un mar de inseguridades y de recuerdos. En fin, su poesía tiene ese sabor de rebelión y rebeldía contra lo políticamente establecido, aún asoman en sus líneas tiranos de pasadas batallas y conflictos y luchas de clases no resueltos. Su lado amoroso también está condimentado con esta permanente insatisfacción social. En la relación amorosa la compañera, más que una compañía se vuelve una compañera de lucha contra el sistema establecido, relegando el sentimiento amoroso a un segundo plano.
En el poema Homenaje se recuerda a las víctimas del golpe militar, a los desparecidos políticos, a los héroes de la rebelión popular: “Cuánto nos duele atravesar / el frío muro del tiempo / y encontrar un feto-primavera / empujando la sangre / como el aro de la infancia / se nos recoge el pulso, / nos tiemblan los ojos / y resumimos los sueños... / ¿Qué dijo el horóscopo en esos días? / ¿Con qué cara enfrentaron la muerte? / ¿Dónde murió el eco de las ráfagas? / Cada día ritmos ocultos / nos inyectan distancias / recuerdos soñolientos / polvaredas sobre las heridas / en fin / múltiples cosas con que la bestia / lava su camisa ensangrentada / lava el filo inconmovible / acalla el rumor de los huesos hermanos... / compañero, / ¡mi gran compañero! / Ni el metal desramó tu puño / ni el hambre ni el fuego / arrodilló tu corazón / ni el terrible ingenio / del Manual de Torturas/ te hizo poner mal una letra / en la palabra amor... / la lucha de clases / nos puso este caminar / del lado izquierdo de la vida / sin embargo, / sin embargo... / ¡una flor es cosa seria!”. En el poema Algo de tren debo tener el tren es una metáfora del tiempo, un tiempo cronológico, pero también un tiempo existencial, que se enreda y se fuga de manera insostenible o que se vuelve vacío y carente de estímulos. A diferencia de los trenes que tienen un itinerario preestablecido, el hablante lírico no tiene claridad hacia donde se dirige en su transcurso por la vida, esta deriva existencial provoca un sentimiento de orfandad sentimental con respecto a los seres que han emigrado de la vida. Respecto al lenguaje utilizado por Rojas este es llano sencillo, coloquial. Su poesía quiere llegar al corazón y al alma del pueblo, pero del pueblo con conciencia política: “Algo de tren debo tener, / digo yo. / Algo en ese marcharse-huir / que aún no entiendo. / Cuando por fin pasó el invierno / y el silencio llegó sin palabras muertas / ni muertos en silencio / es precisamente cuando / no sé si me voy / o voy huyendo. / El espejo desvela los secretos inéditos / mis ojos son arco iris / que la dictadura pintó de negro. / (¿Y dónde están los ojos claros del amigo que más amé?) / Yo no sé que hacer con todo este tiempo / de mal gastada edad / de años huecos... / la locura no es felpuda de nadie; / ese mismo nadie que no perdona / las harapientas horas / en que no pronuncio nada. / En mis huellas quedan / el escandaloso silencio / del que se marcha / y la espada ciega del que huye. / Algo de tren debo tener, / digo yo...”. La poesía de Rojas nos vuelve a los años de polarización política, a la lucha de clases, es un registro de los años de dictadura y de sus ya conocidas consecuencias. La poesía de Rojas es gravitante el conflicto social y político, lo cual en alguna medida le resta espacio a lo estrictamente poético, al goce estético.







JAIME GATICA JORQUERA
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