CÍRCULO LITERARIO ALIWEN
ESCRITORES MAULINOS

Lonko Kilapán



LONKO KILAPÁN (1909-2003)

Nace en Huaraculén, provincia de Linares, en 1909. César Navarrete o Lonko Kilapán,
Fue profesor de artes en el liceo Abate Molina de Talca, en algún momento, a finales de los años sesenta, se le pierde el rastro. Reaparece en el sur de Chile rebautizado como Lonko Quilapán, nombre que tomó prestado del heroico Toqui y que posteriormente legalizó.
Fue presidente de la Confederación Indígena de Chile, Secretario de la Lengua Araucana de la Lengua y presidente del Instituto Araucano de Parapsicología.
Autodidacta, su labor esencial ha sido encontrar ciertas semejanzas religiosas, lingüísticas y antropológicas entre los griegos y los araucanos. Sostiene que estos descenderían de Esparta, ya que un grupo habría salido de Grecia hacia el continente americano entre los años 800 y 600 A.C.
Actuaba como estudioso y representante del pueblo mapuche (que él llamaba “araucano”),  sin que se sepa quién lo nombró en tal cargo. Porque además ostentaba los títulos de secretario de la Academia Araucana de la Lengua y presidente del Instituto Araucano de Parapsicología.
Entre otras cosas, aseguraba que los mapuches, antes de la llegada de los griegos, se comunicaban mediante telepatía.
Algunos afirman que su verdadera misión era la de ser quintacolumnista de Pinochet entre las organizaciones indígenas, aunque sus actividades se iniciaron bastante antes del advenimiento del gobierno militar.
Lo concreto es que los estudios que habría efectuado lo llevaron a la conclusión de que el pueblo mapuche descendía de los espartanos. Sí, de los de Grecia y para defender su posición, en 1974 publicó un libro de 130 páginas, del que se editaron mil ejemplares y que hoy es muy apetecido por los bibliófilos. El libro se titula “El Origen Griego de los Araucanos”.
En el prólogo de su obra sintetiza su teoría:
Por los años 800 al 600 antes de J.C., partió una Colonia desde Esparta (Grecia), la que, pasando por Troya, tomó el camino tradicional hacia Asuán (Asia-este) y bajando por el nordeste de la India, a cuya región dieron el nombre de Laos, que significa pueblo, entraron por Málaca (Queroneso, llamada en el mapa de Ptolomeo) al Okénos (Pacífico actual).
Lo dividieron en Melanesia, Indonesia, Micronesia, Maganesia y Polinesia (de nazos = isla), finalmente se establecieron en el continente entre los paralelos 35 al 42, latitud sur, o sea, entre los mismos paralelos que estaba Grecia, desde Macedonia a Creta. Le dieron a estas tierras el nombre de “Chile”, palabra que en griego significa tribu, lejana por antonomasia.
Formaron un Estado igual al griego, con los Picunches al norte, los Pehuenches al lado argentino y los Huilliches al sur; Chile como Esparta y Atenas, al centro. Estos pueblos aliados, Polis en Grecia, tenían los mismos dioses, la misma lengua, la misma ley, las mismas armas y hasta la misma vestimenta, pero se gobernaban independientemente, para unirse sólo en caso de guerra bajo un solo jefe; se repetía entonces el Estado griego en lo geográfico y en lo político.
Los espartanos impusieron acá la ley de Licurgo, que pasó a llamarse “Admapu”, ley de los antepasados.
Le dieron sus mismos dioses, sus leyendas, incluyendo la Sirena (pincoya), sus oráculos (oficiaba la machi igual la pitonisa sobre una columna), su árbol sagrado, sus mismas armas, su educación y como en Grecia, la ceremonia del casamiento fue el rapto.
Nótese que sólo dos pueblos de la antigüedad no tuvieron ídolos: Grecia y Chile.
Leer esta historia es releer la historia de Esparta, es decir, escuchar, porque la historia de Esparta no fue escrita, ya que al igual que en Chile estaba prohibida la escritura, “porque se graba más lo que se escucha que lo que se lee”, no se excluye el diálogo, base de la escuela griega.
Cada afirmación va, en este libro, acompañada de sus correspondientes pruebas: científicas, arqueológicas, lingüísticas… al servicio de la verdad histórica
Otra curiosidad en torno a este libro es que fue usado como referencia en parte de 2666, la novela de Roberto Bolaño.
En su libro O’higgins es araucano intenta probar que el prócer desciende de la raza aborigen. Para ello exhibe 17 pruebas tomadas de la historia secreta de la Araucanía.
Mantiene varios libros inéditos.

OBRAS:
Grito en el bosque (poemas).
El origen de los araucanos. 1974.
O’higgins es araucano. 1978.

REFERENCIAS:
Bertolo, Juan Manuel: Los araucanos, hijos de esparta. Las Ultimas Noticias. Stgo. 20-10-1974.
Diario la Patria. Stgo. 30-12-1974.
Lizama, Fernando: Lonko Quilapan, disponible en: https://fernandolizamamurphy.com/2016/11/27/el-lonko-quilapan/
Bizama, Alvaro: El libro de los hechos condenados, disponible en: https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/9048-2022-2013-08-11.html
 
 

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