CÍRCULO LITERARIO ALIWEN
ESCRITORES MAULINOS

Roberto Bolano

ROBERTO BOLAÑO: LOS DETECTIVES SALVAJES 


JAIME GATICA JORQUERA
CÍRCULO LITERARIO ALIWEN
DIARIO "EL LECTOR"

Entre los fenómenos de la narración chilena de los últimos tiempos se cuenta, sin lugar a dudas, la figura de Roberto Bolaño. Este autor nacional hizo gran parte de su vida en México, lo que le dio a su obra un aire cosmopolita que no apreciamos en otros autores nacionales. Bolaño nace en Chile en 1953, en el seno de una familia que estaba en continuo movimiento: vivió en Santiago, en Cauquenes, en Valparaíso, y Los Ángeles. En 1968 la familia Bolaño parte a México. Más específicamente al DF. (Distrito Federal). En esa ciudad inicia su carrera literaria. Bolaño fallece de una crisis hepática en Barcelona en 2003 a la edad de 50 años, cuándo los escritores recién inician o decantan su carrera literaria.
A los 15 años abandona para siempre el sistema educacional formal, dedicándose a vagar y a adquirir las experiencias que más tarde le van a permitir escribir la obra que lo consagraría como el mejor narrador chileno de los últimos tiempos. Junto a otros escritores y poetas jóvenes forma el “Infrarrealismo”, a mediados de los setenta. Este movimiento contracultural servirá como base inspiradora de su obra Los Detectives Salvajes. En el libro aparece como el movimiento de los poetas real visceralistas. Desde esta perspectiva, el libro es testimonial, de una de gran efervescencia literaria, posterior al boom latinoamericano, pues es precisamente de esa generación de la cual abominan, aunque en opinión del crítico Enrique Vila-Matas, Los detectives Salvajes es “Un carpetazo histórico y genial a Rayuela de Cortázar, una grieta que abre una brecha por las que habrán de circular nuevas corrientes literarias del próximo milenio”.
En el libro se relatan las aventuras de Arturo Belano y Ulises Lima, los detectives salvajes, que junto a Juan García Madero y Guadalupe, una joven prostituta, salen en busca de las huellas de Cesárea Tinajero, una mítica y misteriosa escritora desaparecida en México en los años inmediatamente posteriores ala revolución. El viaje se prolonga por espacio de 20 años de 1976 a 1996. Entre los personajes principales de la obra se encuentra Juan García Madero, que sería la personificación del productor audiovisual chileno, y amigo de Bolaño, Juan Esteban Harrington. Él lo niega: “Juan García Madero éramos todos. Bruno Montané y Roberto Bolaño fueron a mi casa a reclutarme para un proyecto que pocas semanas después conocí como el Movimiento Infrarrealista. El taller consistía en un coordinador y unos diez poetas medio proletarios que leían por turno sus poemas. Luego se hacía una ronda de críticas y las poetisas se echaban a llorar y los poetas ofendidos ofrecían combos y mentadas de madre y se iban”. En el libro aparece de manera muy similar la descripción de esta escena: ”No sé muy bien en qué consiste el Realismo Visceral. Tengo 17 años, me llamo Juan García Madero...Después con aparente resignación entré a la gloriosa Facultad de Derecho, pero después de un mes me inscribí en el taller de poesía de Julio César Álamo, en la Facultad de Filosofía y Letras y de esa manera conocí a los real visceralistas. Leíamos poemas y Álamo, según estuviera de humor, los alababa o los pulverizaba... A veces Álamo se aburría y nos pedía a nosotros que criticáramos también...”. Es asombrosa la erudición que podemos encontrar en las páginas de Los Detectives Salvajes, la cual no da una panorámica completa de la literatura contemporánea y clásica, por lo menos en cuanto a nombres de autores se refiere. Tampoco le es ajeno al autor el sentido del humor y de la ironía: “Por otra parte no puedo decir que Álamo fuera un buen crítico, aunque siempre hablaba de la crítica. Ahora creo que hablaba por hablar. Sabía lo que era una perífrasis, no muy bien, pero lo sabía. No sabía sin embargo lo que era una pentapodia (que como todo el mundo sabe, en la métrica clásica es un sistema de cinco pies), tampoco sabía lo que era un nicarquio (que es un verso parecido al falecio)... ¿Qué cómo sé que no lo sabía? Porque cometí el error, el primer día del taller de preguntárselo. No sé qué estaría pensando. El único poeta mexicano que sabe de memoria estas cosas es Octavio Paz (nuestro gran enemigo)... al principio pensé que la sonrisa que me dedicó fue de admiración. Luego me di cuenta que más bien era de desprecio. Los poetas mexicanos (supongo que los poetas en general) detestan que se les recuerde su ignorancia. Pero yo no me arredré y después de que me destrozara un par de poemas en la segunda sesión a la que asistía, le pregunté si sabía lo que era un rispetto. Álamo pensó que yo le exigía respeto para mis poemas y se largó a hablar de la crítica objetiva (para variar), que un campo de minas por donde debe transitar todo joven poeta, etcétera, pero no lo dejé proseguir y tras aclararle que nunca en mi corta vida había solicitado respeto para mis pobres creaciones volví a formularle la pregunta, esta vez intentando vocalizar con la mayor claridad posible: - no me venga con chingadas, García Madero –dijo Álamo. – Un rispetto, querido maestro, es un tipo de poesía lírica, amorosa para ser exactos, semejante al strambotto, que tiene seis u ocho endecasílabos... Álamo se levanto de un salto y dio por terminada la discusión”.
Las escenas del libro, a través de sus 610 páginas transcurren en México, Nicaragua, Estados Unidos, Francia, España, Austria, Israel y África. En él se nos relata los entretelones del mundo artístico mexicano, que tiene ribetes universales, la decadencia de personajes delirantes que deambulan entre la originalidad y la locura; homosexuales como “Piel Divina” que terminan sus días en la más absoluta indefensión y miseria. En fin es el submundo de los artistas, con sus egolatrías, con sus obsesiones y sus propias ridiculeces. El periplo de los detectives salvajes, Arturo Belano y Ulises lima, les lleva a buscar a petición de Amadeo Salvatierra, un escritor venido a menos, las huellas de Cesárea Tinajero, una mujer enigmática de la cual no se conocía su obra artística más que por un poema publicado en una revista literaria y a la cual se le adjudicaba la supuesta fundación del estridentismo. Después de un viaje de búsqueda por la ciudad de Sonora, en el cuál, a la vez, van huyendo del padrote de Lupe (Alberto), una prostituta que desea abandonar el oficio. Llegan al lugar donde reside Cesárea Tinajero y en una situación tragicómica, a la vez que la encuentran le provocan la muerte.


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