CÍRCULO LITERARIO ALIWEN
ESCRITORES MAULINOS

EL SONETO

EL SONETO 

Es un poema formado por catorce versos endecasílabos -es decir, de once sílabas cada uno-agrupados en cuatro estrofas; las dos primeras de cuatro versos cada una, y las dos últimas, de tres.
El soneto es una forma de composición lírica muy usada en nuestro lenguaje. Como ejemplo, podemos señalar los "Sonetos de la Muerte", de Gabriela Mistral, y los "Cien Sonetos de Amor", de Pablo Neruda.

Palabra de origen italiano (diminutivo de sonus, 'tono', 'sonido') o incorporada en Italia por influencia del provenzal sonet, nombre de una melodía breve y ligera, una cancioncilla. En la literatura italiana antigua llegó a tener el sentido más amplio de canción. La forma canónica del soneto consiste en catorce versos endecasílabos divididos en dos cuartetos —rima ABBA ABBA— y dos tercetos, que pueden tener dos rimas (variantes CDC DCD, CDC CDC, CDD DCC) o tres (variantes CDE CDE; CDE DCE; CDE DEC; CDE EDC).

Las dos fuentes clásicas del soneto son el italiano o petrarquista y el inglés o shakespeariano. El Cancionero de Petrarca incluye 317 sonetos dirigidos a su amada Laura. El soneto petrarquista tuvo seguidores en Italia (Torquato Tasso) y se difundió también en otros países europeos: Portugal (Luís de Camões; Francia (Pierre de Ronsard, Joachim du Bellay y otros miembros del grupo conocido como la Pléyade); España. Fueron Boscán y Garcilaso de la Vega los encargados de arraigar el soneto, aunque ya el marqués de Santillana había escrito 42 sonetos fechos al itálico modo, utilizando en los cuartetos la rima ABAB, con lo que se apartaba de la norma habitual en el soneto petrarquista (ABBA).

En el siglo XVII español se destacan los sonetos de Cervantes, Góngora, Quevedo, Calderón y Lope de Vega, quien en su Arte nuevo de hacer comedias recomendaba el soneto para los soliloquios teatrales: "el soneto está bien en los que aguardan". Después de una escasa utilización en el siglo XVIII y en el XIX, el soneto resurge con los poetas modernistas hispanoamericanos y españoles. A la influencia de la forma tradicional, se une el gran impacto de los simbolistas franceses, lo que determinará la introducción de variaciones más o menos heterodoxas. Rubén Darío, por ejemplo, dedica un soneto a Cervantes donde combina endecasílabos y heptasílabos, y otro a Walt Whitman, donde utiliza versos de doce sílabas. Otros autores contemporáneos de sonetos son Amado Nervo, Leopoldo Lugones, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado y Jorge Guillén.
En la actualidad el soneto mantiene sólo su estructura estrófica, es decir dos cuartetos y un terceto, pero la rigidez rítmica se ha perdido o no es considerada a la manera del soneto clásico.


LOS SONETOS DE LA MUERTE (Fragmento)
Gabriela Mistral
Del nicho helado en que los hombres te pusieron,
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,
y que hemos de soñar sobre la misma almohada.

Te acostaré en la tierra soleada con una
dulcedumbre de madre para el hijo dormido,
y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna
al recibir tu cuerpo de niño dolorido.

Luego iré espolvoreando tierra y polvo de rosas,
y en la azulada y leve polvareda de luna,
los despojos livianos irán quedando presos.

Me alejaré cantando mis venganzas hermosas,
¡porque a ese hondor recóndito la mano de ninguna
bajará a disputarme tu puñado de huesos!


SONETO 54 (Luis de Góngora)

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente el lilio bello

Mientras a cada labio por cogello
Siguen más ojos que al clavel temprano
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello

Goza cuello, cabello. Labio y frente,
Antes de lo que fue en tu edad dorada
Oro, hilo clavel, cristal luciente,

No sólo en plata o viola troncada
Se vuelva, mas tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra en nada.


SONETO XXV Pablo Neruda

Antes de amarte, amor, nada era mío
Vacilé por las calles y las cosas:
Nada contaba ni tenía nombre:
El mundo era del aire que esperaba.

Yo conocí salones cenicientos
Túneles habitados por la luna
Hangares crueles que se despedían
Preguntas que insistían en al arena.

Todo estaba vacío, muerto y mudo
Caído abandonado y decaído,
Todo era inalienablemente ajeno

Todo era de los otros y de nadie
Hasta que tu belleza y tu pobreza
Llenaron el otoño de regalos.

CUANDO PASEN LOS AÑOS...
Pierre de Ronsard ( Francés 1524-1585).
Cuando pasen los años, y ya anciana y canosa
te sientes ante el fuego a devanar e hilar,
dirás muy conmovida mis versos al cantar:
Ronsard me celebraba cuando aún era hermosa.
Ya no tendrás a nadie para escuchar tal cosa
cerca de tus labores, a medio dormitar,
que al oírte mi nombre comience a despertar
y alabe el nombre tuyo con una unción dichosa.
Yo ya estaré durmiendo mi sueño soterrado
a la sombra de un mirto cariñoso y callado,
y tú, triste, en tu hogar, solitaria, encogida,
llorarás la memoria de tu alivio desdén.
No esperes el mañana para gozar del bien;
recoge desde ahora las rosas de la vida.




DEFINIENDO EL AMOR (Francisco de Quevedo)

Es hielo abrasador, es fuego helado,
Es herida que duele y no se siente,
Es un soñado bien, un mal presente,
Es un breve descanso muy cansado;

Es un descuido que nos da cuidado
Un cobarde con nombre de valiente
Un andar solitario entre la gente
Un amar solamente ser amado

Es una libertad encarcelada
Que dura hasta el postrero parasismo
Enfermedad que crece si es curada

Éste es el niño amor, éste es su abismo.
¡Mirad cual amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!.























































SONETO XXIII (Gacilaso de la Vega)

En tanto que de rosa y azucena
Se muestra la color en vuestro gesto
Y que vuestro mirar ardiente, honesto,
Enciende al corazón y lo refrena;

Y en tanto que el cabello, que en la vena
Del oro se escogió, con vuelo presto,
Por el hermosos cuello blanco, enhiesto,
El viento mueve, esparce y desordena;

Coged de vuestra alegre primavera
El dulce fruto, antes que el tiempo airado
Cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado
Todo lo mudará la edad ligera
Por no hacer mudanza en su costumbre.















































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