Iris Bobadilla Sáez
IRIS DEL CARMEN BOBADILLA SÁEZ: AMOR, AGONÍA Y CONSUELOLa poesía de Iris Bobadilla tiene reminiscencia de la poesía medieval española, impregnada de un fuerte sentido religioso, es un permanente canto de alabanza al Dios Creador y sus verso, cual salmos de bienaventuranza, agradecen el simple hecho de existir, de ser parte de la creación, del plan infinito, como en el poema “A Mi creador”: “Agradecida / me rindo a tus pies / cual esclava que acepta su sitial / embrujo de amor divino / agua pura, rostro limpio... no concibo la existencia sin consuelo / hija de un reino nuevo / experiencia vivida que renace / descanso en tu suave calidez / como pequeña flor en jardín eterno”.
Su poesía resiente también el desamparo y el amor humano, junto al desamor que deja una estela de doloridos recuerdos en su poema “Desamor “: “He de buscarte en mis recuerdos / tan nítidos y enceguecidos / melodía que envuelve mis sentidos / en mi soledad escondida / sonrisa tuya cautiva... Te recibí en primavera / con el sol tibio incandescente / entre brisas de hojas caídas falleciste / al lamento de mi amor sucumbes/
Ni luces ni nubes ni arco iris / ni la tibieza de la brisa del mar / me acoge...He vivido, he sufrido / por amor he muerto / he sobrevivido al olvido... como golondrina de verano / como golondrina de invierno”.
Su poesía amorosa siempre tiene presente el elemento divino, lo que le un tono similar al de Teresa de Ávila, especialmente en su poema “Agonía”: “Refléjame en tus ojos / soplo de vida / alma y cuerpo / instante de agonía / Velo transparente / cúbreme de tibia ternura / de ha que mis lágrimas corran / tu piel tan blanca / tan santa / Ha caído la noche / no tengo miedo / que la muerte sobrevenga / en tus brazos me acoges / tu luz me envuelve / En una eternidad / de mi cuerpo afligido / adolorido por tropiezo / de un destino / afearme vida última / a este instante de vida / de paz, alegría verdadera / condúceme de nuevo a este tierra / a los míos / ya no soy la misma / gracias por la espera / me llenaste de amor / en dulce condena”.
En su poema “Soy” la poetisa nos da una imagen clara de sí misma : “Soy, así lo siento / un proceso / una metamorfosis de idea / pensamientos, dolores, sueños vivos / un camino que lleva su tiempo / pequeña llama / luz incipiente / un cántaro a veces roto, a veces pleno / un proyecto que aún no ha terminado / soñadora optimista / valiente luchadora / soy dualidad / comunicadora por excelencia / me interesa la gente / no he de hablar mucho de mí / me siento alma y espíritu / humilde servidora con fuerza / que va por la vida / guiada por el amor de Dios “.
La poesía de Iris Bobadilla es vital y nace de un optimismo pleno de espiritualidad, un cántico de amor divino, aún cuando se refiera al amor terrenal como en el poema “Encuentro”: “En mi lisonjera juventud / te encontré alegría efervescente / rebasaste mi corazón / llama viva / gracia divina / que envuelve la dicha de tenerte / no he de querer alcanzar ni la luna ni las estrellas / si a mis pies las entregaste / el cielo recibí en mis manos / al acoger tu amor como una regalo / paraíso terrenal: el olor suave de tus labios / sonrisa tibia que me diste / amor sublime / amor eterno”.
En la poesía de Iris el amor terrenal y el divino se encuentran y complementan, corren juntos, llegando a cierta simbiosis, en la cual resulta, a veces, distinguir uno de otro, porque uno nace del otro, se encuentra en el otro.
JAIME GATICA JORQUERA
CÍRCULO LITERARIO ALIWEN